lunes, 16 de enero de 2012

Un sacerdote en Dachau


Hace tiempo que no se publican entradas, y quizá os preguntéis qué hace esta aquí, de repente. No es un best seller, quizá ni lo hayas escuchado nunca. La razón de que haya decidido publicarlo es bien sencilla: hacía tiempo que no se publicaba nada y éste es uno de los últimos libros que he leído. No pretendemos convertir morerescultural en un blog de crítica literaria, pero tampoco está de más.
"Un sacerdote en Dachau: memorias en primera persona" no es una novela sin más. En cuanto al estilo, desde luego, no tiene esas pretensiones. Es, el estilo, sobrio, desprovisto por completo de ornamentos, sencillo, duro, viril, recio. El libro es breve (no alcanza las doscientas páginas) y no está escrito por un erudito de la literatura. Su autor es un sacerdote católico luxemburgués que pasó un año en el campo de concentración nazi de Dachau. Jean Bernard -así se llama el autor- se limita a narrar lo que aconteció allí.
Es un libro duro. No se detiene a describir detalladamente las escenas y, sin embargo, no es necesario. El autor casi nunca se detiene a explicar lo que sintió en este momento o en aquel otro, sencillamente te explica lo que pasó y eres tú quien siente algo. Porque cualquiera que tenga algo de humano se estremece al escuchar las barbaridades de que es capaz el hombre.
Quizá estoy reiterando demasiado la misma idea, pero es lo que me fascina del libro. Jean Bernard es capaz de decirte simplemente: "mi compañero de cama estaba muerto. Una mirada a mi vecino y ver sus ojos de loco me bastaron para estar seguro de que él mismo lo había ahogado para deshacerse por fin de su mal olor. Lo peor de todo es que me alegré de que se marchara ese compañero de cama tan malcarado."
Esta escena en concreto me dejó patidifuso. No te explica cómo olía su compañero de cama, enfermo, ni cita ninguna de sus desagradables conversaciones; ni describe cómo el vecino, enloquecido, lo agarró por el cuello y se ensañó con él, los ojos saliéndosele de las órbitas, y apretó bien fuerte hasta arrebatarle la vida al pobre desgraciado, ni cómo volvió a su cama a sumirse en la sombra. Sin embargo, tú ya te has imaginado todo eso sin que te lo cuenten, y eso te hace sentir todavía más dentro de la historia.
Quizá desde el punto de vista artístico no tenga mucho mérito, ya que no es más que un diario, pero lo recomiendo con fervor a todos aquellos interesados en conocer al ser humano y conocerse a sí mismos.

4 comentarios:

  1. Pues sí, dan ganas de leerlo. Lo pondré en mi lista de "libros para leer".
    ¿Crees que podría entrar en la categoría de "un antes y un después"?

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    1. estaba buscando una foto para poner en la portada del trabajo de sociales y me a aparecido esto... juan pablo porfavor, que cosas tiene! muaajaajaja

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  2. no creo pero es interesante

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